martes, 2 de marzo de 2010

Cambiemos la Ley de Educación, que lleva seis meses sin tocarse!!

Oigo continuamente en los medios de comunicación noticias sobre el fracaso escolar, sobre lo mal que vamos en educación, sobre nuevos planes para reformar las leyes de educación.

Vamos, que tal como lo pintan, los chavales de hoy en día no saben ni contarse los dedos de la mano sin una calculadora. Y tampoco creo que sea para tanto. O quizá si. Veamos un ejemplo. El fracaso escolar es escaso en el País Vasco, y alarmantemente alto en Andalucía. Según se ha publicado por ahí, una de las razones es que en el País Vasco invierten más en educación. Quizá. Pero también tendrá que ver que en el País Vasco hay un tejido productivo importante, que un chaval que estudia tiene allí alguna posibilidad de llegar a algo, y que en Andalucía el sector prioritario es el de servicios, donde haber estudiado no siempre es un plus para conseguir un empleo.

En fin, que los chavales no son idiotas: si saben que estudiando van a conseguir algo, lo hacen, y si ven que no les va a servir más que para acumular papelitos con títulos, pues pasan de estudiar. Y luego dicen que son burros. Para nada, yo haría lo mismo en su lugar, pero a mi me tocó vivir otra época.

Eso por un lado, pero por otro, hay un grave problema añadido y es que creemos que los asuntos de la escuela en la escuela se quedan. Vamos, que si hay fracaso escolar es porque el “sistema educativo” no funciona. Me río yo de tan magna filosofía. Porque, seamos escrupulosamente sinceros: que levante la mano el que sepa el nombre del científico español que lidera la lucha mundial contra el cáncer. Y que levante la mano quien conozco el nombre del portero del Real Madrid. Pues eso, así nos va.

Si este es el ejemplo que nuestros hijos maman en casa desde la cuna, ¿Qué demonios creemos que pueden solucionar en el cole? Los milagros, en Lourdes. Y la culpa es de todos, de la tele, de mami y papi que no leen o que no dedican tiempo a sus hijos, del cine que se promociona, de la “cultura basura” que alimenta nuestras mentes, pero sobre todo, de la falta de oportunidades que los jóvenes sufren. Estudiar sólo es un medio para llegar a un fin, no un fin en sí mismo (culturizarse es otra cosa, pero ya hablaremos otro día de ese tema).

Si no tienen ningún sitio a donde ir, ¿para que van a recorrer el camino?.

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